La tauromaquia fue una gran pasión para Pablo Picasso. Comenzando por sus primeros pasos en su ciudad natal de Málaga, siguió explorando su amor por los toros en ciudades como París, Nimes y Arlés. La presencia de esta temática siempre estuvo presente tanto en su obra como en su vida. A través de su arte, los motivos taurinos dieron forma a sus diversos procesos creativos y finalmente lo convirtieron en uno de los artistas más celebrados del siglo XX.